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El origen de todos los males. Madres y padres autoritarios

  • Sandra Arcos Reyeshas quoted3 years ago
    Era más que admiración lo que buscabas, en tu anodino corazón lo que deseabas era afecto, apenas que te quisieran. Pero quién iba a quererte, Magdalena. Ni tú te querías a veces. Se decía que odiabas a las mujeres, pero no era cierto, sólo despreciabas la belleza. Ése era un truco de la niñez, con el que tendías un manto de desdén sobre aquello en lo que no eras buena
  • Elyn Moraleshas quoted3 years ago
    Era una especie de refugio o de tregua; el pasado sólo existía cuando se le ponía enfrente,
  • Sugey Navarrohas quoted2 days ago
    La noche había sido larga y rondaba en la cárcel un silencio mal habido que tenía rastros de venganza, o al menos eso quería creerse, porque si no todo aquello resultaba incomprensible. El alcaide no pudo con el cuadro: tu hombre estaba desnudo, con el pantalón en las rodillas, sucio, echado boca arriba en la colchoneta, borracho o drogado aún, la baba chorreándole y la criatura tirada a su lado, las piernas abiertas, arqueadas y laxas como una muñeca quebrada. Sin alma.
  • Sugey Navarrohas quoted2 days ago
    Había viajado todo el día y sólo una puerta blanca me separaba de mi madre. Siempre se había quejado de nosotros como si hubiéramos sido un lastre. En algún momento me dijo que no éramos sus hijos, pero mi hermana no lo recodaba. Más de dos veces nos dejó sin cenar y a mi hermana la había hecho sangrar de un oído. Yo tenía esa cicatriz como prueba de mi infancia, hasta que hui y Regina me aceptó en el otro extremo del país. Ahora extrañaba a mi esposa y yo era igual que mi madre, me enojaba por cualquier cosa, gritaba, rompía cosas.
  • Sugey Navarrohas quoted2 days ago
    La noche olía a arena mojada y al sur, sobre las montañas, alcancé a divisar algunos relámpagos. En cuanto vi aquello supe que extrañaba esa tierra. El desierto, vibrante y pardo, contrastaba con la bóveda celeste llena de estrellas, la vía láctea sobre nosotros parecía marcar un camino. Pensé en la boca abierta de la morena en la pecera. Aquella tierra era un animal enorme jalando polvo cósmico para sobrevivir.
  • Sugey Navarrohas quoted2 days ago
    Apenas reconocía la ciudad. Había edificios nuevos, unas calles me parecieron más amplias y el tráfico mayor y menos manejable a como lo recordaba. El cielo sin nubes me resultó monótono y el calor extenuante. Como por inercia me toque la cicatriz del brazo. Me corría del codo hasta la muñeca. Una cicatriz larga como un surco de donde nada se cosecharía o quizá ya se había cosechado.
  • Sugey Navarrohas quoted2 days ago
    Es sabido que hay gente que entra al metro y no regresa.
  • Sugey Navarrohas quoted4 days ago
    A este lugar llegaron hace exactamente cuatro años y dos meses. El gran tabú que los une es la prohibición en torno a mencionar siquiera la existencia de la madre de Valentín. Viven con la creencia de que al chamaco lo parió una marrana, no una mujer. Esa metafísica constituye el tótem de su clan. Por eso, aunque los amenacen de muerte, nunca los verán comer puerco, ni siquiera chicharrón en salsa verde, que es tan sabroso. Así que para respetar aquella unión entre padre e hijo, nosotros aquí tampoco hablaremos de ese tema, sólo le mencionaremos que a la doñita don Adalmiro la conoció en su otra vida, una completamente distinta a la que lleva ahora.
  • Sugey Navarrohas quoted4 days ago
    Luego de cuatro décadas de vida y quince años seguidos de terapia, reconocía por fin la inutilidad de cuestionar la lógica individual de otra persona, en particular si esa otra persona es tu madre.
  • Sugey Navarrohas quoted4 days ago
    Si pudiera acordarse de cuánto tiempo tenía de muerta su señora. Era el mismo tiempo que llevaba en la calle de planta, como le gustaba decir. ¿Cuántos años tenía ya el niño? Ah, ¡el tiempo! Le sorprendía cómo era lo primero que se perdía, incluso antes que el pudor, que cualquier otra cosa. Era una especie de refugio o de tregua; el pasado sólo existía cuando se le ponía enfrente, como en esas ocasiones en que el niño lo recogía en la banca del parque o en la escalera del metro y lo llevaba al departamento para que se diera un baño, se cambiara de ropa y, quizás, esta vez, se quedara. Qué cambiado estaba el niño en cada ocasión. Estaba envejeciendo, igual que él.
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