¡Soy fan!
En verdad me reí de principio a fin, pero eso no evitó que se me estrujara el corazoncillo cuando Fosca tiene la certeza de que Tito llevara a Popofina a los tacos antes de terminar la jornada. 😣😥💔
Me falta barrio en lo que a música popular mexicana se refiere. ¿Ya habrá lista de reproducción inspirada en esta novela?
¡Qué suculentas carcajadas he proferido con esta novela! ¡Qué manera tan suculenta de hablar sobre amor y desamor! ¡Qué manera de entremezclar el lenguaje, los lugares, las situaciones, la música más cotidianas de la vida en el centro de México en una novela de estructura similar a las mejores tragedias de Shakespeare! Me pongo de pie ante Nora de la Cruz.
Tomando como base los consejos amorosos de Ovidio este libro nos lleva por la historia del nacimiento, los reveses y el final de una relación. Como en las grandes tragedias (y como en la vida misma) lo funesto surge de los malos entendidos, lo bueno es que aquí no acaba en suicidio porque como dice la autora es mejor dejar una relación en el punto en que deja de ser divertido para tornarse trágico.
Me ha fascinado, me ha divertido, me ha hecho recordar con un sabor agridulce y entre la lágrima y la risa mis propios fracasos amorosos porque es verdad que el drama del amor nace de la educación sentimental que recibimos como bien lo expresa Nora de la Cruz al final de la obra; en la música, la literaria, el cine... se nos transmite una idea de amor que cuando no corresponde con nuestras propias posibilidades o las del ser amado provocan tremendos sinsabores.