: «¿Qué mujer no ha soñado con “traspasar el límite?”». A lo que una respuesta refleja pudiera ser: «¿A qué madre se le iba a pasar por la cabeza algo así?». Pero, en vez de eso, Rich les pide a todas las mujeres, allá donde se encuentren, que hagan un esfuerzo por imaginarse la vida de una mujer muy angustiada, a cargo de más hijos de los que puede sacar adelante, y ninguno de los cuales ella quiso tener, abandonada en un barrio de clase media de Chicago, sin nadie que la ayude en las tareas de la casa, con las que no da abasto, vista por los vecinos como modelo de madre devota (Rich llega a apuntar que, incluso aunque alguien se hubiera ofrecido a ayudarla, muy posiblemente no lo habría aceptado).