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Andreï Makine

  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    Dos pequeñas teselas de mosaico que alguien que no conociera a Ress creería desvinculadas.
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    En el momento de nuestro encuentro contaba con cuarenta y cuatro años a sus espaldas, calvo, desdentado y minado por un cáncer, parecía un octogenario con salud delicada. Sumando sus tres condenas sucesivas daban un total de quince años y algunos meses pasados tras alambradas. La gravedad de las penas se debía a la originalidad de su credo: como filósofo de formación criticaba, no las taras específicas del régimen vigente en la Rusia de aquel tiempo, sino el servilismo con el que todos los hombres en todos los tiempos reniegan de la inteligencia para unirse al rebaño.
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    la tribuna oficial de la plaza Roja. Unos cuantos militares, para que el pueblo sepa sobre qué poder descansa la autoridad del Partido. Y lo más interesante: los recintos que dividen la tribuna en sectores. En el de la derecha, están los jefes de empresa, la administración del puerto fluvial, algunos sindicalistas de alto rango y, para no olvidar a los proletarios, tres o cuatro trabajadores de choque. En pocas palabras, la flor y nata de las fuerzas productivas. En cuanto a las fuerzas poco productivas, pero útiles al régimen, se las pone a la izquierda: el rector de la universidad, los redactores jefes de los periódicos locales, los mandarines del mundo de la medicina, un par de literatos, la intelligentsia en una palabra. Y justo al pie del aparato dirigente, el recinto familiar donde se aparca a las esposas y a los hijos...
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    Necesita esta pirámide de cabezas de cerdo como la expresión coherente de la arquitectura del mundo. La disposición de los recintos le tranquiliza. Es su religión laica.
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    No generalicemos... Estos manifestantes... no son todos iguales. Podemos delimitar... tres clases. La primera, la formada por la aplastante mayoría, es una masa conciliadora a la que le gusta la comodidad del rebaño. La segunda categoría está formada por burlones, salidos sobre todo de la intelligentsia: repiten las consignas a coro, pero su grito es un juego, una burla. Ondean las banderas con frenesí burlón y levantan los retratos de los dirigentes en sus astas como si se tratara de cabezas izadas en picas. Por último, la tercera categoría es la de los rebeldes, lo bastante ingenuos como para esperar romper este grotesco desfile. Escriben panfletos, dibujan carteles y... y...
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    Ress se detuvo junto a la valla de hierro fundido para tomarse un respiro, observó a los manifestantes de camino a casa, felices de haber cumplido con el tormento de la participación obligatoria. Entre ellos iba un muchacho con el retrato de un miembro del Politburó al hombro. Tres adolescentes, cada una con una bandera enrollada bajo el brazo. Un grupo de escolares...
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    —Un escenario de ciencia-ficción. Mañana, este régimen carcomido se derrumbará, y nos encontraremos en el paraíso capitalista, con multimillonarios, estrellas de cine y políticos bronceados subiendo a estas gradas... Y en el recinto de los intelectuales, Jean-Paul Sartre, por ejemplo. No, acaba de morir, en fin ¡ya encontraremos a alguien! ¿Y sabe qué es lo más cómico? Que la multitud desfilará
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    como si no hubiera pasado nada. Y es que les importa muy poco quién llene las tribunas, lo esencial es que estén llenas. Eso es lo que da sentido a la vida de nuestro hormiguero humano. Sí, en lugar de la estatua de Lenin, deberíamos imaginar a un playboy con esmoquin. Eso ocurrirá algún día. Y en el desfile volverán a estar de nuevo estas tres categorías: los plácidos sonámbulos que son la gran mayoría, los burlones y
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    unos pocos rebeldes marginales...
  • Talia Garzahas quoted19 days ago
    Pero la belleza estaba ahí, en ese momento perdido en medio de las estaciones. Solo necesitaba esos colores apagados, la frescura intempestiva de la nieve, el recuerdo conmovedor, súbitamente despertado, de tantos inviernos antiguos. Esa belleza se confundía con nuestra respiración, bastaba justo con olvidar quiénes creíamos ser.
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