la tribuna oficial de la plaza Roja. Unos cuantos militares, para que el pueblo sepa sobre qué poder descansa la autoridad del Partido. Y lo más interesante: los recintos que dividen la tribuna en sectores. En el de la derecha, están los jefes de empresa, la administración del puerto fluvial, algunos sindicalistas de alto rango y, para no olvidar a los proletarios, tres o cuatro trabajadores de choque. En pocas palabras, la flor y nata de las fuerzas productivas. En cuanto a las fuerzas poco productivas, pero útiles al régimen, se las pone a la izquierda: el rector de la universidad, los redactores jefes de los periódicos locales, los mandarines del mundo de la medicina, un par de literatos, la intelligentsia en una palabra. Y justo al pie del aparato dirigente, el recinto familiar donde se aparca a las esposas y a los hijos...