No sé si tiene usted en mente la imagen de esos cometas que avanzan desintegrándose... El núcleo central, extremadamente luminoso, sigue corriendo y brillando, parece aún intacto, pero, en realidad, el ser del cometa se va extendiendo, por detrás, a lo largo de millones de kilómetros, mediante infinitas partículas desgajadas de su corazón, de su entidad...