Philippe Sands

Los franceses se unieron a Shawcross a la hora de pedir una condena por genocidio. Los exterminios perpetrados eran «científicos y sistemáticos», se había matado a millones de personas simplemente porque eran miembros de un grupo determinado nacional o religioso, hombres y mujeres que se interponían en el camino de la «hegemonía de la raza germánica».

Vasseau describió cómo se había utilizado a niños pequeños como blanco para hacer prácticas de tiro, un «terror» que se prolongó hasta el último día de la ocupación alemana, en julio de 1944.

Aquel día, escribía Taffet, se obligó a desfilar a tres mil quinientos residentes del gueto por la calle Este-Oeste de la población hasta el borek, el bosquecillo donde antaño jugaran Lauterpacht y Leon.