Se practicaban detenciones multitudinarias sin celebración de juicio, se torturaba a los detenidos durante los interrogatorios, se agrupaba a los hombres de las aldeas reocupadas y, en algunos casos, se los sometía a palizas sin piedad y, sobre todo, se aplicaba una nueva medida, se acordonaban las aldeas como «áreas de seguridad militar», impidiendo durante días la entrada o la salida.