lo que más ansiaba: hablar con Dick, volver a estar con él. Dick ya no era el «duro como la roca» que en un tiempo creyó: «pragmático», «viril», «un auténtico hombre de acero»; había demostrado ser «bastante débil y superficial», «un cobarde». Aun así, de todas las personas del mundo, era con él con quien más identificado se sentía en aquel momento, porque, por lo menos, eran de la misma especie, hermanos en la raza de Caín.
Separado de él, Perry se sentía «completamente solo. Como un individuo cubierto de llagas.