Se le ocurre algo que no había pensado hasta ahora: qué tipo de vida eterna es la suya, qué dios lo ha atado o condenado a ese lugar. Y entonces, sobre lo que parecía una mirada bobalicona, parecen sobreponerse intenciones más o menos perversas, desde la venganza hasta quién sabe, una atadura insensata, algo que se perdió y debe encontrarse.