Vicious Love

todo este maldito tiempo que estuve persiguiéndola, en realidad estaba amándola.

La amaba cuando la odiaba.

Y la amaba cuando no quería tener nada que ver con ella.

Estaba tan loco por ella que las líneas se habían desdibujado. Los sentimientos estaban mezclados, las emociones retorcidas todas juntas.

Lo más importante, seguía siendo fuerte. Esa era la verdadera belleza de esta chica. Nunca se acobardaba. Siempre estaba de pie y pensaba por sí misma, sabiendo lo que estaba bien y mal en su universo. Siempre.

Eso es lo que dijo Pink todos esos años atrás. Que no estábamos por encima de la ley, pero tampoco por debajo de ella.

Estás segura que quieres venderlo? —Sandy presionó la copa fría contra su mejilla, sus ojos se movieron hacia el cuadro de nuevo.

Asentí.

—Nunca estuve tan segura de nada en toda mi vida.

—Él es hermoso.

—Todas las cosas hermosas pasan a mejor vida —dije. Mi propia flor de cerezo.

Pienso que es más probable que estas personas tengan que lidiar con el destrozado y contaminado mundo que les dejaremos porque no hicimos una maldita cosa y festejamos a lo grande cuando ellos aún ni siquiera eran un esperma y un óvulo. Pero a tu pregunta, no, no quisiera vivir por siempre. ¿Cuál sería el propósito en ello? ¿No estás hambrienta por algo? ¿No tienes sueños? ¿Qué peso y significado tienen tus sueños si no tienen una fecha límite? ¿Si no tienes que perseguirlos hoy porque lo puedes hacer mañana, en una semana, un año, o dentro de cien años?

Pienso que solo eres realista, y posiblemente extraña como la mierda.

⎯Black.

Piensas que alguna vez descifraremos el enigma del envejecimiento? ¿Alguna vez te has preguntado si quizás nacimos demasiado pronto? Tal vez en cien o doscientos años a partir de ahora van a encontrar una cura para la muerte. Entonces todo el que viva mirará atrás hacia nosotros y pensarán: “Bueno, ellos estaban jodidos. ¡Nosotros vamos a vivir por siempre!” Muajajaja.

Pienso que podría ser una pesimista.

⎯Pink.

Era más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo.

Era más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo

Era más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo

—Estaba bien antes que vinieras aquí. —Rozó mi mandíbula con sus dientes y hundió sus garras en mi espalda, sus uñas arañando a través de mi camisa de vestir—. Y estaré bien cuando te hayas ido. Tú me alejaste, Vicious. No tienes derecho a ordenarme que regrese solo porque has cambiado de parecer.

Superstar de Sonic Youth,