País Nómada

Han renunciado a vivir en casas y apartamentos tradicionales para instalarse en lo que algunos llaman «viviendas sobre ruedas» —camionetas, autocaravanas de segunda mano, autobuses escolares, furgonetas adaptadas, remolques o simplemente viejas berlinas—, huyendo de las disyuntivas imposibles a las que debe hacer frente la antigua clase media

autonomía.
—Prefiero ser la reina de mi casa que vivir bajo el amparo de la reina de otra casa, aunque sea mi hija —me confesó.
A

La imagen de Linda con su minicaravana a remolque del desvencijado jeep me inquieta enormemente.

A menudo supone incumplir ordenanzas locales que prohíben dormir en un vehículo. Evitar problemas —conflictos con la policía o con viandantes suspicaces— puede ser difícil incluso con el salvoconducto del privilegio blanco que permite evitar la cárcel. Y en una época en que la policía dispara contra afroamericanos desarmados en los controles de tráfico, vivir en un vehículo parece una apuesta especialmente arriesgada para cualquiera que pueda ser objeto de discriminación racial.

En Estados Unidos, si no tienes una dirección, no existes.

Poco después, me escribió y compartió conmigo una cita que había visto en Internet y que le había parecido poética: «Luchar contra los obstáculos inevitablemente va unido al desaliento mientras vamos cortando todas las ataduras que nos impiden alcanzar la libertad».

«Hubo un tiempo —decía a sus lectores— en que teníamos un contrato social que establecía que, si una persona cumplía las normas (estudiaba, conseguía un empleo y trabajaba duro), todo iría bien.

En la vejez queremos estar vivas y no solo sobrevivir un día tras otro

Esto no es una brecha salarial; es un abismo. Y todo el mundo paga el coste de esta creciente separación.

Si se comparan los ingresos medios, actualmente el 1 por ciento mejor situado gana 83 veces más que el 50 por ciento peor remunerado. Los ingresos de las y los estadounidenses adultos situados en la mitad inferior de la escala de ingresos —unos 117 millones de personas— no han variado desde la década de los setenta.