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Nicolai Vasilievich Gogol,Aleksandr Pushkin,León Tolstoi,Nikolai Leskov,Anton Chéjov,Iván Turguenev,Fiódor Dostoievski

Un siglo de cuentos rusos

  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quotedyesterday
    ¿De qué carezco? Tengo aves, una casa, graneros, toda clase de caprichos, un vodka de primera, peras y ciruelas en el jardín, amapolas, coles y guisantes en el huerto… ¿Qué me falta…? Quisiera saber lo que me falta».
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted7 days ago
    En realidad, ¿qué sería de nosotros si en lugar de la regla comúnmente aceptada: las jerarquías deben respetarse, se introdujera otra, por ejemplo: la inteligencia debe respetarse?
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted7 days ago
    –Es posible que no nos volvamos a ver nunca más –me dijo–, antes de despedirnos quería darle una explicación. Usted ya habrá notado que tengo poco respeto por la opinión de los demás; pero le tengo aprecio y me preocupa dejar en su memoria una impresión injusta.
  • Gabriel Galavizhas quoted7 months ago
    ¿Qué sentido tiene, pensé, privarle de la vida si no le tiene ningún apego? Una idea macabra me atravesó la cabeza. Bajé la pistola.
  • Gabriel Galavizhas quoted7 months ago
    nos reuníamos los unos en las casas de los otros, donde no veíamos otra cosa que nuestros propios uniformes.
  • Viridiana Caballero Garcíahas quoted10 months ago
    Detrás del teatro chirría un violín; un gitano, a falta de tambor, tamborilea con los dedos en los labios; el sol se pone y el aire fresco de la noche meridional se desliza imperceptiblemente entre los prietos hombros y los bustos de las aldeanas.
  • Ivana Melgozahas quotedlast year
    Más que soñar con ella, su imagen le acompañaba a todas partes, como una sombra, y le vigilaba.
  • Ivana Melgozahas quotedlast year
    Pensaré en usted… no le olvidaré –decía–. Que el Señor le proteja. Adiós. No guarde un mal recuerdo de mí. Nos despedimos para siempre, así debe ser, ya que no debíamos habernos encontrado nunca. Bueno, que Dios le guarde.

    El tren se alejó deprisa, sus luces no tardaron en desaparecer y al cabo de un minuto ya no se oía nada, como si todo se hubiera puesto de acuerdo para poner término cuanto antes a ese dulce olvido, a esa locura. Solo en el andén, con los ojos fijos en la oscura lejanía, Gúrov escuchaba el canto de los grillos y el zumbido de los hilos telegráficos con una sensación extraña, como si acabara de despertar.
  • Ivana Melgozahas quotedlast year
    La completa ociosidad, esos besos recelosos y furtivos en pleno día, dados con el temor de que alguien pudiera verlos, el calor, el olor del mar y la visión constante de personas desocupadas, elegantes y satisfechas, parecían haberle regenerado
  • Ivana Melgozahas quotedlast year
    Las hojas estaban quietas en las ramas, se oía el chirrido de las cigarras; el ruido sordo y monótono del mar, que llegaba desde abajo, hablaba de sosiego, del sueño eterno que nos espera. Así era su rumor cuando ni Yalta ni Oreanda existían, así era ahora y así seguirá siendo, sordo y monótono, cuando nada quede de nosotros. En esa constancia, en esa total indiferencia a la vida y la muerte de cada hombre reside, quizá, la prueba de nuestra salvación eterna, del movimiento ininterrumpido de la vida sobre la tierra, de un perfeccionamiento constante.
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