La violenta y arbitraria epistemología de la diferencia sexual, cuestionada por los movimientos activistas feministas, intersexuales, trans, tullidos y antirracistas y sacudida también por la confrontación con nuevos datos científicos, está mutando. Este proceso de cambio de paradigma científico y político llevará a reconocer como sujetos políticos soberanos a todo un conjunto de cuerpos que hasta ahora habían sido marcados como subalternos.