¿Puede un giro inesperado de la vida convertirse en la llave de la escritura? ¿Y es la escritura el único camino para liberar la memoria de su quietud y revitalizar el presente?
Majo Riera se lanza a escribir este libro que es, en esencia, un desafío al tiempo y un homenaje ineludible al linaje femenino. La autora descubre que su historia no es solo suya, sino que es un mapa colectivo, un territorio que les pertenece a todas las mujeres que la hicieron posible.
«Mis amigas organizaron una pijamada que duró todo el verano… Ellas nunca dejaron, ni por un instante, de pensar que todo iba a estar bien y yo les creí.»
El dolor se transforma en un acto de conciencia y agradecimiento, donde las amigas se convierten en el centro del home office del amor y la amistad incondicional es la terapia. Fue un buen verano es una invitación a restablecer el valor de todos nuestros vínculos. Un recordatorio para que devolvamos, con gratitud, ese amor incondicional que nos llegó sin pedir nada a cambio.
