—¿Qué pasa, cielo?
—¿Te han disparado? ¿Te has dado un golpe en la cabeza?
—No, Flor, estoy bien.
—¿Me he dado yo un golpe?
—No.
—No puede ser. Es que me ha parecido oír que decías que íbamos a casarnos.
—¿Crees que soy tan tonto como para dejaros escapar?
—Pues sí —contestaron Waylay, Lucian y Nash a la vez.