Porque tu deseo creció a medida que pasaba el tiempo,
porque yo me resistí a ese deseo,
porque destruiste con tus propias manos lo que había entre nosotros,
porque hui a toda prisa dejándote una herida profunda,
porque te eché la culpa de todo,
porque no pude dormir de lo mucho que te eché de menos,
porque te añoré con locura deseando que tú no fueras tú