—Sí, vale —dijo Orion—. Pero esto no tiene nada que ver con la graduación, sino con lo que podría pasar después. Cuando volvamos a casa, y sé que… Chloe me dijo que no ibas a venir a Nueva York. Así que necesito saber si puedo subirme a un avión e ir a buscarte. Porque eso es lo que me gustaría hacer. Puedo arreglármelas con la graduación, y con los mals. Pero no soporto la idea de estar fuera, intentando localizarte cuando ni siquiera tienes un puñetero móvil, sin saber si puedo…
—¡Sí! —dije, en un aullido desesperado—. Sí, vale, pedazo de gilipollas, puedes venir a Gales y conocer a mi madre. —No añadí que también podría quedarse viviendo en la yurta durante un año hasta que ella le quitara de la cabeza todas sus tonterías; y si esto era lo que intentaba advertirme mamá, ya que arreglarle la cabeza a Orion le costaría bastante, tendría que aguantarse.