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Paco Ignacio Taibo Ii

La Vida Misma

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  • martehas quoted4 days ago
    Usted es el escritor, diga algo chingón.
  • martehas quoted4 days ago
    Barrientos, (a) El Ciego, mi subjefe, ex chofer de taxi, maravillosa puntería, futuro bígamo, aficionado a la poesía, toma un taller de literatura con Canales a partir de las 12 de la noche, martes y jueves, en una cantina
  • martehas quoted4 days ago
    Aún era muy temprano y se oía trinar de gorriones y pasos por las calles. Los seis policías y el presidente municipal se quedaron un instante inmóviles y sonrieron. El flash nunca llegó, tan sólo el ¡clic!

    —Otra —ordenó el fotógrafo.

    —Viene —dijo Benjamín Correa.

    Media hora más tarde, en la oficina, José Daniel Fierro descubrió que desde la ventana se podía ver un árbol, como en su ventana en la ciudad de México, no era un laurel, era un ocote, pero era un árbol.

    —¿Tiene pajaritos?

    —¿Quién? —preguntó El Ciego.

    —El árbol de aquí enfrente.

    —Ha de tener, para eso es, ¿no?

    JD se quedó con las ganas de anotar la respuesta de su ayudante.

    Merenciano entró con una vieja tomada de la mano. Era una mujer radiante, muy morena, con dos trenzas anudadas con cintas rojas en un pelo entrecano, vestido de percal azul.

    —Jefe, mi mamá dice que en la carnicería del charro de la CTM están vendiendo carne podrida.

    JD se puso en pie, le dedicó un vistazo furtivo al árbol.

    —¿Quién se encarga de esas cosas en el ayuntamiento?

    —Tenemos un estudiante de veterinaria, aquí a dos puertas.

    —Tráetelo en chinga, subjefe Barrientos.

    —Carajo, cómo hay movimiento por aquí hoy
  • martehas quoted5 days ago
    Querida Ana/16 de abril
    Querida Ana/16 de abril

    Esto es… Como la vida misma.

    Abandono la literatura para dedicarme a escribir letras de boleros. La cosa está clara.

    La pura y pinche vida misma.

    Y yo sin enterarme hasta ahorita.

    Te quiere igual que siempre y un poco más porque la distancia hace maravillas con los matrimonios, José Daniel, alias El jefe Fierro.
  • martehas quoted8 days ago
    Mejora su sentido del humor subjefe Barrientos.

    —Pa’que vea… Como dice Canales, que además de ser locutor es poeta, todo es contagioso, hasta el amor
  • martehas quoted8 days ago
    —¿De qué va a dar clases? —preguntó El Ciego.

    —De novela policiaca, mi estimado ayudante, y quiero aquí al agente ese que firma Luix Lómax.

    —El Popochas.

    —Ese mero.

    —Ahorita vengo —dijo El Ciego, y partió a cumplir con los encargos. José Daniel encendió un cigarrillo y sacó su ánfora del bolsillo trasero. Se había pasado de los Mapleton a los Delicados con filtro, y del brandy español al aguardiente. ¿No era eso un evidente proceso de proletarización? Esa mañana se había deslizado de su cama en el Hotel Florida con la firme intención de comparar Santa Ana con las otras ciudades. Se había propuesto demostrarse que Santa Ana era mejor que Reims y Houston, que Sevilla y Maracaibo. Sólo había que encontrar los argumentos. Escribirlos, ponerlos en papel y serían verdad. Sin embargo, el papel blanco había ganado la batalla. Puta madre, el aguardiente estaba peor que el combustible de gasógeno que usaban los taxis en Madrid. El papel blanco ganaba la batalla. Por ahora había que hacer historias en lugar de contarlas. ¿Qué historias? ¿Éstas, de dos heridos en una lonchería? Santa Ana era mejor que Roma porque aquí las parejas tomadas de la mano caminaban por el zócalo llenas de pudor y hacían del amor un acto de inocencia. En un papel anotó un nombre “Barrio”. Abajo escribió “Sevilla, pájaros, pan”. Se sacudió otro cañamazo de aguardiente. Podía prescindir del cepillo de dientes olvidado en el D.F. El aguardiente local haría el trabajo sobradamente.
  • martehas quoted8 days ago
    —¿De qué va a dar clases? —preguntó El Ciego.

    —De novela policiaca, mi estimado ayudante, y quiero aquí al agente ese que firma Luix Lómax.

    —El Popochas.

    —Ese mero.

    —Ahorita vengo —dijo El Ciego, y partió a cumplir con los encargos. José Daniel encendió un cigarrillo y sacó su ánfora del bolsillo trasero. Se había pasado de los Mapleton a los Delicados con filtro, y del brandy español al aguardiente. ¿No era eso un evidente proceso de proletarización? Esa mañana se había deslizado de su cama en el Hotel Florida con la firme intención de comparar Santa Ana con las otras ciudades. Se había propuesto demostrarse que Santa Ana era mejor que Reims y Houston, que Sevilla y Maracaibo. Sólo había que encontrar los argumentos. Escribirlos, ponerlos en papel y serían verdad. Sin embargo, el papel blanco había ganado la batalla. Puta madre, el aguardiente estaba peor que el combustible de gasógeno que usaban los taxis en Madrid. El papel blanco ganaba la batalla. Por ahora había que hacer historias en lugar de contarlas. ¿Qué historias? ¿Éstas, de dos heridos en una lonchería? Santa Ana era mejor que Roma porque aquí las parejas tomadas de la mano caminaban por el zócalo llenas de pudor y hacían del amor un acto de inocencia. En un papel anotó un nombre “Barrio”. Abajo escribió “Sevilla, pájaros, pan”. Se sacudió otro cañamazo de aguardiente. Podía prescindir del cepillo de dientes olvidado en el D.F. El aguardiente local haría el trabajo sobradamente.
  • martehas quoted8 days ago
    Nos hablamos de tú o de usted?

    —Como sople el viento, compañero
  • martehas quoted8 days ago
    Me tomo en broma o me tomo en serio? Me estaba riendo un poco de mí mismo, pero el discurso de Benjamín en la toma de posesión hizo que me sudaran las manos. Durante unos minutos me sentí parte de un proyecto que lucha por su supervivencia en un país derrotado por tanto cinismo, tanto impudor, tanta mentira oficial, tanta barbarie suelta. Ese país que conocemos en el D.F., y que parece que no tiene salida, que nos dice día a día que somos parte de los derrotados, que todo sueño es imposible a excepción de la pesadilla, y que ésta está instalada sobre nosotros
  • martehas quoted9 days ago
    Bogart en Clint Eastwood
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