Meditaciones

8. El principio rector es aquello que despierta y se mueve por sí mismo, cambia como quiere y hace que aparezca todo de la manera que desea.

17. No vivas como si fueras a hacerlo durante mil años aún.

ante las dificultades son, pues, las notas distintivas del antiguo estoicismo y lo que más puede servir al hombre de hoy y de siempre, azacaneado por incesantes turbulencias. No es fácil seguir siendo uno mismo cuando todo se transforma, en momentos de gran mudanza de fortuna. Y es especialmente complejo mantener la tranquilidad de ánimo y el equilibrio en medio de los muchos reclamos que requieren constantemente nuestra atención. Todo eso, nos dice el estoicismo, son turbaciones ajenas a nuestro centro, de las que conviene liberarse cuanto antes para ser nosotros mismos y tomar el control, en un movimiento centrípeto de meditación y autoconciencia. Es difícil mantener un yo firme en una época atormentada, pense

Es posible vivir aquí mismo la vida de la manera en la que piensas vivir cuando ya estés de salida. Y si no te lo permiten, entonces sal de la vida, pero hazlo como si nada malo sufrieras: «hay humo y me marcho»83. ¿Por qué piensas que sea esta una gran cosa? Hasta que nada semejante me oprima permanezco libre y nadie me impide hacer lo que deseo. Y deseo las cosas según la naturaleza del ser vivo racional y social.

Que el principio rector y dominante de tu alma no se deje desviar ante la ligereza o gravedad del movimiento de la carne, y que no se una a ellas, sino que se circunscriba a sí misma y se limite, en cuanto a aquellas pulsiones, a las porciones que le han sido asignadas.

Lo que no es dañino para la ciudad no daña al ciudadano. En toda figuración que hayas tenido de haber sufrido un daño aplícate esta regla.

Nada le ocurre a nadie que por naturaleza no pueda sobrellevar. A otro le suceden las mismas cosas y este, ya sea porque ignora qué es lo que le ha sucedido o porque muestra grandeza de ánimo, permanece con firmeza e imperturbabilidad. ¿No es terrible que la ignorancia y la complacencia sean más fuertes que la sabiduría?

plemente animados.
17. Es demencial perseguir imposibles. Pero es imposible para los malvados no actuar de esta manera.

qué, entonces, dedicar ahora mi alma? En cada momento, plantéate esta pregunta a ti mismo y ponte a prueba

según las doctrinas correctas, sino que, tras fracasar, mejor comienza de nuevo, y alégrate si haces en la mayor parte cosas más propias de un ser humano. Ama aquello a lo que regresas y no vuelvas a la filosofía como si fueras un simple pedagogo, sino haz como los cortos de vista que usan una esponja y un huevo a modo de cataplasma o para hacer un ungüento.