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Jorge Volpi

La guerra y las palabras

  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz.
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    El anónimo redactor del texto —ahora sabemos que es Marco
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    —Hoy decimos: ¡BASTA! —claman los zapatistas en la Declaración de la Selva Lacandona—. Hermanos mexicanos: somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud, en la guerra de Independencia contra España encabezada por los insurgentes, después por evitar ser absorbidos por el expansionismo estadounidense, luego por promulgar nuestra Constitución y expulsar al Imperio francés de nuestro suelo, después la dictadura porfirista nos negó la aplicación justa de las leyes de Reforma y el pueblo se rebeló formando sus propios líderes, surgieron Villa y Zapata, hombres pobres como nosotros a los que se les ha negado la preparación más elemental para así poder utilizarnos como carne de cañón y saquear las riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables, sin importarles que no tengamos nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre y democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    En la vasta novela zapatista, los intelectuales no sólo se convirtieron en intérpretes o testigos de los hechos, sino en auténticos protagonistas. Marcos era su espejo. Y ellos, adulándolo u odiándolo, se reflejaron en él. Muchos se convirtieron en sus corresponsales y más tarde en sus amigos, otros optaron por una lejana simpatía y unos más decidieron combatirlo con firmeza, pero todos aceptaron escribir con él este episodio fundamental de la historia mexicana del siglo XX
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    Desde medios más afines a las posturas oficiales, como el diario del gobierno El Nacional, el semanario Etcétera y la propia revista Nexos, habría que incluir los nombres de algunos de los principales críticos del EZLN: los periodistas Raúl Trejo Delarbre, Marco Levario Turcott, Pablo Hiriart y el ex guerrillero Gustavo Hirales. Asimismo, entre los más aguerridos detractores del movimiento zapatista es necesario mencionar al poeta Jorge Hernández Campos (en Unomásuno) y al historiador Rafael Segovia (en Reforma).
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    A la hora de iniciarse el alzamiento zapatista, sus posiciones fueron levemente distintas. Al principio, Monsiváis demostró un escepticismo rayano en la desconfianza hacia Marcos y los zapatistas; pese a que el jefe del EZLN lo tenía como ejemplo, Monsiváis no dejaba de reclamarle su retórica belicista y su obsesión con glorificar la muerte. Sólo más adelante, a partir de los encuentros que tendrían a lo largo de los años, se estableció entre ellos si no una amistad, al menos una especie de respeto, acaso el del maestro que reconoce al fin sus enseñanzas en los imprevisibles actos de su rebelde discípulo
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    Todo cambió, una vez más, con el alzamiento, pues la crisis de credibilidad abierta por los zapatistas también fracturó de modo definitivo las relaciones entre los intelectuales de ambos grupos y Salinas
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    A pesar de algunas críticas sesgadas, Salinas logró obtener de ellos un amplio reconocimiento hacia sus políticas económicas. Pese a sus diferencias ideológicas, la simpatía de ambos sectores hacia el presidente quedaba fuera de duda. Todo cambió, una vez más, con el alzamiento, pues la crisis de credibilidad abierta por los zapatistas también fracturó de modo definitivo las relaciones entre los intelectuales de ambos grupos y Salinas.
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    La verdadera fuente de discordia entre Vuelta y Nexos se produjo poco después. Por una de esas casualidades inevitables entre las élites mexicanas, Héctor Aguilar Camín se había convertido en un cercano amigo de Carlos Salinas. En julio de 1988, Aguilar Camín no dudó en afirmar que las elecciones habían sido válidas y que Salinas las había ganado limpiamente. Poco después, algunos destacados miembros del grupo, como el experto en temas indigenistas Arturo Warman o el escritor José María Pérez Gay, se integraron al equipo de Salinas, quien no dudó en apoyar al grupo, cuyos miembros de inmediato fueron acusados de convertirse en «intelectuales orgánicos». La tan denunciada cercanía entre los intelectuales y el poder volvía a producirse: Nexos y Aguilar Camín fueron acusados de realizar numerosos proyectos para el gobierno federal por enormes sumas de dinero
  • joseguadalupesanch85014has quoted12 hours ago
    Una de las escaramuzas más violentas entre las dos revistas fue provocada por la publicación en Vuelta de un extenso artículo de Enrique Krauze, para entonces ya convertido en subdirector de la revista, titulado «La comedia mexicana de Carlos Fuentes», donde atacaba ferozmente al novelista mexicano, quien durante mucho tiempo había mantenido una estrecha amistad con Paz. Para muchos, la mano del poeta estaba detrás de las páginas de Krauze, y los rumores no tardaron en afirmar que el texto era una estrategia para descalificar a Fuentes en la competencia por el premio Nobel. Meses más tarde, Nexos cobijó al novelista entre sus páginas. Como fuese, este hecho no sólo precipitó la fractura entre Krauze y Aguilar Camín, sino que acentuó la distancia entre dos de los creadores mexicanos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX
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