El pensamiento de la inmortalidad se cifra en que el hombre es pensante, y lo es en su libertad en sí mismo; así es independiente por completo, otro no puede irrumpir en su libertad; él se refiere tan solo a sí mismo, otro no puede hacerse valer en él. Llegados a tal punto de vista, esta igualdad consigo mismo, lo llamado yo, este ser que es en sí mismo, verdaderamente infinito, es inmortal, no está sometido a ningún cambio, es él mismo lo inmutable, lo que es solo en sí mismo, lo que se mueve solo en sí mismo.
SIC