trajo plumones y unas hojas de bloc.
Eran lápices especiales, de un color distinto en cada extremo. Nenita escogió uno morado con calipso y empezó a dibujar. Me pregunté cuántas veces esa niña se habría refugiado ahí debido a las peleas de sus papás y si la primera vez que vi a Enid llorando, desde mi escondite, lo hacía de impotencia por no p