Estaba pasando por la sección de viajes y turismo cuando lo vio: un libro pesado encuadernado en tela encajado justo entre El nómada práctico (910.4 HAS) y En avión, en tren y a pie. Guía para el aspirante a trotamundos (910.51). Carecía de signatura, pero el título estaba estampado en el lomo con letras curvilíneas: Las guías de la bruja: vías de escape.
Sentí el bum bum apagado y sordo de su corazón, el dolor de la esperanza renacida. El chico fue hacia el libro y el libro fue hacia él, porque los libros necesitan ser leídos tanto como nosotros necesitamos leerlos, y este libro en concreto llevaba mucho tiempo sin salir del secreter de tapa de persiana de la sala de colecciones especiales.
Unos dedos oscuros rozaron la tela teñida de verde, y fue como si las dos mitades desgajadas de un objeto roto por fin se hubiesen reunido, como si una llave perdida por fin hubiera encontrado su cerradura.