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Timothy Snyder

Tierras de sangre

  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    En una operación de asesinato en masa, el objetivo es la muerte masiva; un fin en sí mismo o un medio para otros fines. El recuento de catorce millones no es el cálculo completo de toda la muerte que los dominios alemán y soviético llevaron a la región. Es una estimación del número de personas muertas por las políticas de asesinato en masa.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    Catorce millones es el número aproximado de personas muertas por las políticas de asesinato en masa llevadas a cabo por la Alemania nazi y la Unión Soviética en las Tierras de sangre. Defino las Tierras de sangre como los territorios sujetos al poder policial y a las políticas de asesinato en masa asociadas a éste, tanto de Alemania como de la Unión Soviética en algún momento entre 1933 y 1945.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    Los regímenes nazi y soviético convirtieron a personas en números, algunos de los cuales sólo podemos conocer aproximadamente, mientras que otros se pueden establecer con bastante precisión. A nosotros los estudiosos nos corresponde buscar esos números y situarlos en perspectiva. A nosotros, como humanistas, nos toca transformar de nuevo esos números en personas. Si no podemos hacerlo, Hitler y Stalin habrán configurado no sólo nuestro mundo, sino también nuestra humanidad.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    Las víctimas dejan atrás a gente que llora por ellas. Los asesinos dejan atrás números. Sumarse a un gran número despues de morir es disolverse en un río de anonimato.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    La exageración no es sólo un fenómeno postsoviético o postcomunista, como revela el caso de Alemania. Sin duda, el reconocimiento alemán del Holocausto es excepcional y paradigmático. Ése no es el problema. La conmemoración alemana del asesinato en masa de judíos es un ejemplo singular de responsabilidad política, intelectual y pedagógica sin ambigüedades, y la fuente más importante de esperanza de que otras sociedades sigan un curso similar.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    Creer que un gran progreso debe ir ligado a un enorme sufrimiento es aceptar una especie de masoquismo esotérico: la presencia del dolor es una señal de algún bien inmanente o emergente. Defender esta forma de razonar es sadismo hermético: si he causado dolor es porque había un propósito más elevado que yo conozco. Como Stalin representaba al politburó que representaba al comité central que representaba al partido que representaba a la clase obrera que representaba a la historia, tenía un derecho especial a decir lo que era históricamente necesario, y ese estatus le permitía absolverse de toda responsabilidad y echar a otros la culpa de sus errores.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    Gandhi observó que el mal depende del bien, en el sentido de que los que se asocian para cometer malas acciones deben tener fe los unos en los otros y creer en su causa. La devoción y la fe no hacen buenos a los nazis, pero los hacen humanos. Como todo el mundo, tenían acceso al pensamiento ético, incluso aunque el suyo estuviera espantosamente equivocado.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    Los que llamaban a otros subhumanos eran ellos mismos subhumanos. Pero negarle a un ser humano su carácter de tal hace imposible la ética.
    Ceder a esa tentación, considerar que otros son inhumanos, es dar un paso hacia la postura nazi, no alejarse de ella. Considerar incomprensibles a otras personas es abandonar la búsqueda de la comprensión y, por tanto, renunciar a la historia.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    La capacidad humana para el victimismo subjetivo es aparentemente ilimitada, y las personas que creen ser víctimas pueden inclinarse a realizar actos de gran violencia. El policía austriaco que disparaba sobre criaturas en Magilov se imaginaba lo que los soviéticos podrían hacerles a sus hijos.
    Las víctimas eran personas; una auténtica identificación con ellas implica comprender sus vidas en lugar de sus muertes. Por definición, las víctimas están muertas y no pueden defenderse del uso que se haga de sus muertes. Es fácil usar la muerte de las víctimas para santificar políticas o identidades. Es menos atractivo, pero moralmente más urgente, entender las acciones de los perpetradores.
  • Adal Cortezhas quoted20 days ago
    No es nada seguro que reducir la historia a juegos de moralidad nos convierta en seres morales.
    Por desgracia, declararse víctima no garantiza que las elecciones éticas sean sólidas. A lo largo de sus carreras, Stalin y Hitler se proclamaron víctimas. Convencieron a millones de personas de que ellas también eran víctimas: de una conspiración internacional capitalista o judía.
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