En muchas ocasiones ha habido cosas que me motivan un deseo intenso de llorar. Mi padre con algunas palabras que me ha dicho me ha dado un sentimiento enorme y he tenido muchas ganas de llorar. Sin embargo, la vida me enseñó a mostrar una máscara; cuando estoy sufriendo por dentro, me estoy riendo. Y para él no sufro, no siento nada, soy un cínico, un sinvergüenza, no tengo alma…