llena el corazón cuando te veo en la calle a mi lado y marchamos juntas para cambiar las cosas. Inventamos pasos, bailes, máscaras, vociferamos discursos y planeamos acciones. Me recargas cuando llegas (a la hora) a cada asamblea, a cada jornada de trabajo, cuando traes tu frutita, tus masitas y los dulces que tu mamá te enseñó a hacer por allá lejos, al otro lado del mar.
Me gusta cuando te ríes a carcajadas hasta que te salen lágrimas (o te meas). Me gusta escucharte porque eres inspiradora y conduces mis incertidumbres. Eres inteligencia hecha acción, AMAS la lucha contra el opresor, ODIAS la inconsciencia del privilegio. He visto que tienes armas filosas, resistentes, y también traes vendas y povidona para cuando nos equivocamos y nos hacemos daño. Intentas reparar lo que rompes.
¡Eres profundamente amorosa, políticamente amorosa!