Blanca Gago

  • Mon Cruzhas quoted5 months ago
    Por supuesto que cometimos errores, errores infinitos, pero al menos fueron nuestros, como nuestro era el jardín.
  • Berenice Torreshas quoted2 years ago
    Llevaban casados cuarenta y siete años. Nadie podía decir cuán profundas se hundían las tercas y retorcidas raíces de la disputa. Solo ahora, cuando las necesidades de los demás ya no los mantenían encadenados el uno al otro, las raíces se volvían visibles, para quebrar la tierra entre ellos y, en su desgarro, sacudir a los hijos, crecidos hace tiempo.
  • Berenice Torreshas quoted2 years ago
    «Con el vinagre que me ha ido derramando encima toda su vida, bien marinada estoy. ¿Cómo puedo ser ahora miel?»
  • Yessica Pugahas quoted2 years ago
    comprendí por primera vez la fuerza de las palabras, comprendí que quien habla o escribe bien difícilmente estará solo.
  • Caiahas quoted5 months ago
    cuánto me gustaría decir a todo el mundo que desentenderse de los animales es como fomentar la esclavitud, tan grave como eso, simplemente los perros y los caballos, las vacas y los pollos han reemplazado a los esclavos.

    💔

  • Haroldo Piñahas quotedlast year
    Los lectores de Claire Nature deben saber lo que es un almacén de carne, un matadero, tendría que haber visitas organizadas, que empezaran por la fachada, los puestos de las carnicerías, donde se encuentra muy barata la mejor carne de la ciudad, y las charcuterías más buenas, como Casa Lisette o El Buen Bistec, y que luego entraran por detrás, al patio, y allí se encontraran a los animales balando, mugiendo, en una especie de última reunión familiar donde se estiran las patas y se parpadea mucho al salir del camión, y en un rincón hay un montón de vísceras humeantes, y ahí es cuando la mirada de algunos animales empieza a cambiar, y los hay que se quedan inmóviles, como clavados en el suelo, así que tienen que picarlos con un gancho muy largo para que se muevan. Lo que viene después es el corredor de la muerte. Muy estrecho, solo pueden meter a los animales de uno en uno y, a cada lado de la pared, dos hombres agitan los ganchos para que todo sea más rápido. Las terneras son las que más se asustan. Han estado inmóviles durante meses para producir una carne blanca muy tierna, y ahora, que han llegado al corredor de la muerte les piden que corran, por primera y última vez en su corta vida. He visto a algunas saltar hasta una altura increíble, y a otras chocar violentamente contra la pared; esas bestias gordotas, de piel suave, que en su vida no han hecho más que beber, inmóviles, la leche enriquecida siempre a mano; el único esfuerzo consistía en alcanzar, al otro lado del tabique, el morro del vecino, para lamerlo como si fueran las ubres de la madre. El corredor de la muerte está oscuro como el establo, pero aquí los ojos brillan, los de los animales y los de los hombres, todos ellos reflejan una luz única: la que alumbra, al final del túnel, el lugar donde se mata.

    Ésto, pero trasladado a la vida laboral.

  • Haroldo Piñahas quotedlast year
    De golpe tuve la impresión de ser observado,
  • Haroldo Piñahas quotedlast year
    quería un poco más de tiempo para imaginar a mis hijos
  • Haroldo Piñahas quotedlast year
    quería un poco más de tiempo para imaginar a mis hijos
  • Haroldo Piñahas quotedlast year
    quería un poco más de tiempo para imaginar a mis hijos
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