Rosamund Lupton

«Pero de la esencia de las flores,

aunque llegue su invierno,

Y su apariencia sea prestada,

siempre permanece, dulce, la sustancia»

Shakespeare, Soneto 5

«Pero de la esencia de las flores,

aunque llegue su invierno,

Y su apariencia sea prestada,

siempre permanece, dulce, la sustancia»

Shakespeare, Soneto 5

¿Cómo puede una carta sustituir el hecho de tocarte, verte y escucharte, con todos esos receptores sensoriales y nervios ópticos y vibrantes tímpanos?

coger tu mano, mirar tu rostro, escuchar tu voz. ¿Cómo puede una carta sustituir el hecho de tocarte, verte y escucharte

incluso de pequeña, y demostraría lo cerca que, como hermanas, siempre hemos estado una de la otra

necesito, ahora mismo, en este preciso momento, para poder coger tu mano, mirar tu rostro, escuchar tu voz. ¿Cómo puede una carta sustituir el hecho de tocarte, verte y escucharte, con todos esos receptores sensoriales y nervios ópticos y vibrantes tímpanos? P

No recuerdo qué puse en mi primera carta, solo que utilicé un rompecabezas, hecho pedazos, para evitar los ojos inquisitivos de la profesora responsable de mi colegio

Te habían descubierto entrando de contrabando tu mascota, un conejito, en el colegio. En ese momento yo era, más que nunca, tu hermana mayor.

Pero no es la primera vez que hemos logrado utilizar las palabras como mensajeros, ¿verdad? Como cuando me fui al internado y tuvimos que reemplazar los juegos y las risas y las confidencias en voz baja por las cartas que nos escribíamos.

Adiviné correctamente que su niña interior, la que era capaz de resolver rompecabezas, la había abandonado hacía tiempo). Pero recuerdo palabra por palabra tu respuesta de niña de siete años a mi nostalgia fragmentada, y que no pude leer tu escritura hasta que acerqué una linterna al papel. Desde entonces, la bondad tiene aroma de limones.