—Ahora mismo somos los piojos de Lady Liberty. ¿Sabías que hay unas tres mil especies de piojos diferentes? —le dijo James al oído.
De pronto, el suelo se movió y Helen dejó de sentir las piernas durante unos instantes. Se oyeron gritos. En cuestión de segundos, todo volvió a la normalidad.
—Vaya, parece que Lady Liberty os ha escuchado —dijo el Jefe de Aire, mirando directamente a James.
Helen tuvo que apretar con fuerza los labios para no reírse, aunque estaba tan asustada que le habría salido más bien una risa nerviosa.