bookmate game
es

César Vallejo

  • kim claudiahas quotedlast year
    Bordas de hielo

    Vengo a verte pasar todos los días,

    vaporcito encantado siempre lejos...

    Tus ojos son dos rubios capitanes;

    tu labio es un brevísimo pañuelo

    rojo que ondea en un adiós de sangre!

    Vengo a verte pasar; hasta que un día,

    embriagada de tiempo y de crueldad,

    vaporcito encantado siempre lejos,

    la estrella de la tarde partirá!

    Las jarcias; vientos que traicionan;

    vientos de mujer que pasó!

    Tus fríos capitanes darán orden;

    y quien habrá partido seré yo...
  • Alvaro E. Segovia Garcíahas quotedlast year
    no vuelvas; ya murió mi corazón.

    Silencio. Aquí ya todo está vestido

    de dolor riguroso;
  • kim claudiahas quotedlast year
    Ausente

    Ausente! La mañana en que me vaya

    más lejos de lo lejos, al Misterio,

    como siguiendo inevitable raya,

    tus pies resbalarán al cementerio.

    Ausente! La mañana en que a la playa

    del mar de sombra y del callado imperio,

    como un pájaro lúgubre me vaya,

    será el blanco panteón tu cautiverio.

    Se habrá hecho de noche en tus miradas;

    y sufrirás, y tomarás entonces

    penitentes blancuras lanceradas.

    Ausente! Y en tus propios sufrimientos

    ha de cruzar entre un llorar de bronces

    una jauria de remordimientos!
  • kim claudiahas quotedlast year
    Avestruz

    Melancolía, saca tu dulce pico ya;

    no cebes tus ayunos en mis trigos de luz.

    Melancolía, basta! Cuál beben tus puñales

    la sangre que extrajera mi sanguijuela azul!

    No acabes el maná de mujer que ha bajado;

    yo quiero que de él nazca mañana alguna cruz,

    mañana que no tenga yo a quién volver los ojos,

    cuando abra su gran O de burla el ataúd.

    Mi corazón es tiesto regado de amargura;

    hay otros viejos pájaros que pastan dentro de él...

    Melancolía, deja de secarme la vida,

    y desnuda tu labio de mujer...!
  • kim claudiahas quotedlast year
    Los heraldos negros

    Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

    Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

    la resaca de todo lo sufrido

    se empozara en el alma... ¡Yo no sé!.

    Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras

    en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

    Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;

    o los heraldos negros que nos manda la muerte.

    Son las caídas hondas de los Cristos del alma,

    de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

    Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

    de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

    Y el hombre... ¡Pobre... pobre!. Vuelve los ojos, como

    cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

    vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

    se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

    Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
  • kim claudiahas quotedlast year
    Verano

    Verano, ya me voy. Y me dan pena

    las manitas sumisas de tus tardes.

    Llegas devotamente; llegas viejo;

    y ya no encontrarás en mi alma a nadie.

    Verano! y pasarás por mis balcones

    con gran rosario de amatistas y oros,

    como un obispo triste que llegara

    de lejos a buscar y bendecir

    los rotos aros de unos muertos novios.

    Verano, ya me voy. Allá, en setiembre

    tengo una rosa que te encargo mucho;

    la regarás de agua bendita todos

    los días de pecado y de sepulcro.

    Si a fuerza de llorar el mausoleo,

    con luz de fe su mármol aletea,

    levanta en alto tu responso, y pide

    a Dios que siga para siempre muerta.

    Todo ha de ser ya tarde;

    y tú no encontrarás en mi alma a nadie.

    Ya no llores, Verano! En aquel surco

    muere una rosa que renace mucho...
  • kim claudiahas quotedlast year
    Heces

    Esta tarde llueve como nunca; y no

    tengo ganas de vivir, corazón.

    Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser?

    Viste gracia y pena; viste de mujer.

    Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo

    las cavernas crueles de mi ingratitud;

    mi bloque de hielo sobre su amapola,

    más fuerte que su “No seas así!”

    Mis violentas flores negras; y la bárbara

    y enorme pedrada; y el trecho glacial.

    Y pondrá el silencio de su dignidad

    con. óleos quemantes el punto final.

    Por eso esta tarde, como nunca, voy

    con este búho, con este corazón.

    Y otras pasan; y viéndome tan triste,

    toman un poquito de ti

    en la abrupta arruga de mi hondo dolor.

    Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no

    tengo ganas de vivir, corazón!
  • kim claudiahas quotedlast year
    Idilio muerto

    Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita

    de junco y capulí;

    ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita

    la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

    Dónde estarán sus manos que en actitud contrita

    planchaban en las tardes blancuras por venir;

    ahora, en esta lluvia que me quita

    las ganas de vivir.

    Qué será de su falda de franela; de sus

    afanes; de su andar;

    de su sabor a cañas de mayo del lugar.

    Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,

    y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»

    y llorará en las tejas un pájaro salvaje.
  • Rafael Ramoshas quoted7 months ago
    No habrá remedio para este hospital de nervios,
    para el gran campamento irritado de este atardecer! Y el General escruta volar siniestras penas
    allá ................................
    en el desfiladero de mis nervios!
  • Rafael Ramoshas quoted7 months ago
    Hoy no ha venido nadie a preguntar;
    ni me han pedido en esta tarde nada.

    No he visto ni una flor de cementerio
    en tan alegre procesión de luces.
    Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

    En esta tarde todos, todos pasan
    sin preguntarme ni pedirme nada.
    Y no sé qué se olvidan y se queda
    mal en mis manos, como cosa ajena.

    He salido a la puerta,
    y me da ganas de gritar a todos:
    Si echan de menos algo, aquí se queda!

    Porque en todas las tardes de esta vida,
    yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
    y algo ajeno se toma el alma mía.

    Hoy no ha venido nadie;
    y hoy he muerto qué poco en esta tarde!
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)