La pregunta es: ¿elegimos el momento y el modo de nacer y de morir? ¿Podemos elegir nuestra situación? ¿Podemos elegir el momento de nuestro nuevo tránsito? Creo que si comprendiéramos esto muchos de tus miedos se aliviarían, Catherine. ¿Hay alguien ahí que pueda responder a esas preguntas?
Hacía frío en el cuarto. Cuando Catherine volvió a hablar, su voz fue más grave y resonante. Era una voz que yo nunca le había oído. Era la voz de un poeta.
—Sí. Nosotros elegimos cuándo entramos en nuestro estado físico y cuándo lo abandonamos. Sabemos cuándo hemos cumplido lo que se nos envió a cumplir. Sabemos cuándo acaba el tiempo y uno aceptará su muerte. Pues uno sabe que no obtendrá nada más de esa vida. Cuando se tiene tiempo, cuando se ha tenido tiempo de descansar y recargar de energías el alma, se le permite a uno elegir su reingreso en el estado físico. Quienes vacilan, quienes no están seguros de su retorno aquí, pueden perder la oportunidad que se les ha dado, la posibilidad de cumplir lo debido cuando están en un cuerpo.