Manuel Alcázar García

Antes de aprender a mandar, hay que aprender a obedecer».

(Sabiduría popular)

todos estén al servicio de los caprichos del jefe, ni que vean qué listo es, o cómo ejercita

a la hora de mandar, que ayuden a evitar errores, a veces frecuentes. Me propongo primero examinar la finalidad del mando:

En dos palabras: que esté bien el negocio y esté bien la gente, dentro de lo posible

Mandar es dirigir a otros

Hay que lograr que hagan lo que conviene para la organización, no que hagan cualquier cosa «porque lo pide el jefe».

Cuando alguien hace algo dañino para la organización, antes de actuar, hay que diagnosticar: averiguar por qué lo ha hecho. Pudo deberse a alguna de estas causas:

- no pudo evitarlo;

- no supo hacer lo que debía hacer;

- no quiso hacerlo;

Por tanto, el jefe debe ocuparse de que, quienes están a su cargo,

- puedan hacer aquello que conviene a la organización;

- sepan que hay que hacerlo;

- sepan hacerlo y

- quieran hacerlo

Mandar no consiste en adquirir mayor prestigio ante los subalternos, o cosas por el estilo.