Esa imagen de la prostituta arrepentida es la más extendida y la que ha conformado mayoritariamente la memoria y el imaginario cultural sobre María Magdalena en Occidente. Es una imagen persistente, difícil de cambiar, que sigue presente en pinturas, novelas, libros que se dicen históricos, en algunos sermones, y también en películas que son el medio actual más poderoso para fijar esa memoria cultural.