Luis Jorge Boone

  • Sugey Navarrohas quotedlast year
    Luego de cuatro décadas de vida y quince años seguidos de terapia, reconocía por fin la inutilidad de cuestionar la lógica individual de otra persona, en particular si esa otra persona es tu madre.
  • Sugey Navarrohas quotedlast year
    Apenas reconocía la ciudad. Había edificios nuevos, unas calles me parecieron más amplias y el tráfico mayor y menos manejable a como lo recordaba. El cielo sin nubes me resultó monótono y el calor extenuante. Como por inercia me toque la cicatriz del brazo. Me corría del codo hasta la muñeca. Una cicatriz larga como un surco de donde nada se cosecharía o quizá ya se había cosechado.
  • Sugey Navarrohas quotedlast year
    Si pudiera acordarse de cuánto tiempo tenía de muerta su señora. Era el mismo tiempo que llevaba en la calle de planta, como le gustaba decir. ¿Cuántos años tenía ya el niño? Ah, ¡el tiempo! Le sorprendía cómo era lo primero que se perdía, incluso antes que el pudor, que cualquier otra cosa. Era una especie de refugio o de tregua; el pasado sólo existía cuando se le ponía enfrente, como en esas ocasiones en que el niño lo recogía en la banca del parque o en la escalera del metro y lo llevaba al departamento para que se diera un baño, se cambiara de ropa y, quizás, esta vez, se quedara. Qué cambiado estaba el niño en cada ocasión. Estaba envejeciendo, igual que él.
  • Rafael Ramoshas quoted5 months ago
    Lo que hoy es evidente, una vez fue imaginario.
    William Blake
  • Rafael Ramoshas quoted4 months ago
    Esparcidas por la habitación, las partituras tapizaban la casa. Me senté en el piso a seguir estudiándolas. Iba de una a otra haciendo anotaciones, buscando penetrar el misterio de los sonidos que se alzaban silenciosos hasta erigir palacios en mi mente.
  • Rafael Ramoshas quoted4 months ago
    Hace muchísimos años, antes de que yo pudiera darme cuenta de que pasaría mi vida aquí, alguien me contó una historia que sucedió en el departamento del fondo. Ahí vivía un hombre. Un día empezó a hablar de mujeres tan bellas que tan sólo contemplarlas entrañaba dolor. Alguien dijo que enloqueció. No sé quién: las sombras cubren siempre los rostros y nos mantienen aislados de los demás.
  • Rafael Ramoshas quoted4 months ago
    Supe lo que debía hacer. Intenté no temblar, no decirle que estaba desesperado por ver a la bella mujer del jardín interior, que si mirarla me causaba una honda tristeza, no verla me convertía en la piltrafa humana que era ya.
  • Rafael Ramoshas quoted4 months ago
    Dicen que está en el cielo, pero me gusta más imaginarla en su ataúd, bajo tierra, descansando de su enfermedad. Nadie golpea la madera que la protege. Todo es silencio allá abajo. Dormida. Nunca va a despertar.
    Si ella fuera como el aire, si viviera arriba y por encima del mundo, vería demasiadas cosas que la pondrían triste, se mojaría con la lluvia, los relámpagos la incendiarían, se volvería a morir. El atardecer sería su cabello ardiendo como el sol herido, el camino de oscuridad que dejaría en su huida.
  • Rafael Ramoshas quoted4 months ago
    Mi madre tuvo fiebre una semana y después murió. Mi padre la cubría con sábanas mojadas. Ella se quejaba. Lloraba. La última imagen que tengo de ella es su cara empapada de sudor, sus labios secos, sus ojos como apagados, ella que con sólo mirarme me convencía de que el mundo entero era un buen lugar y que valía la pena sobreponerse a cualquier cosa.
  • Rafael Ramoshas quoted4 months ago
    Podríamos rezar en el catecismo por ella, por su alma que está en el cielo, que vive entre relámpagos y el viento helado del norte, que no tiene una sola nube para esconderse del sol que todo lo quema. ¿Algún día podré decirle al padre que es en el cielo donde está el fuego que no se apaga, y no en el infierno? Los demonios deben tener frío. Dejan ciegos a los niños imprudentes porque su aliento les congela los ojos.
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