Isidoro Reguera

  • Bianca Beltránhas quoted2 years ago
    Es por la estructura de su conciencia por lo que la situación excéntrica como valor posicional en sentido plessneriano caracteriza «al ser humano». Él —aquí prevalece aún el ingenuo masculino—, a priori, por decirlo así, en virtud de su constitución reflexiva, ha salido desde el centro de la existencia a las afueras. El significado de la existencia para el ser humano radica en la evasión de los límites de su ambiente —signifique lo que signifique su milieu—. Así, aunque permanezca en un lugar, el ser humano va más allá del efecto de cerco del horizonte. No está aquí sin estar allí. Siempre huyendo ya de los límites del entorno inmediato, en el intento de llegar a sí mismo, tiene que descubrir que es un ser que esencialmente se mueve a su propio lado. Como herido por un más allá inevitable, está distanciado de sí mismo en la cercanía más próxima a sí mismo. No obstante, consigue ser «él mismo» en tanto en cuanto logra regresar a sí desde el estar-al-lado. Ser un ser humano adopta, según esto, la forma de una tarea nunca del todo realizable. Para que la existencia tenga éxito es necesario que el individuo organice la tensión entre las tendencias excéntricas y las concéntricas.

    Se puede constatar, con todo respeto, que, con su bella doctrina de la existencia posicionalmente duplicada «del ser humano», Plessner había puesto en el mercado a mitad de precio una versión del idealismo alemán. Su doctrina era original en cuanto que presentaba una interpretación espacial de la «autorreflexión». Sonaba sorprendente en tanto en cuanto ponía de manifiesto en horizontal una profundidad hasta entonces no mostrada de esa manera. Lo que «los seres humanos» habían negociado hasta ese momento con un mundo trascendente hacia arriba deberían solucionarlo en el futuro entre ellos como criaturas de una vecindad apartada. Si se quisiera caracterizar con una palabra el impulso de Plessner, podría decirse que cambió la antropología de Feuerbach de la vertical a la horizontal. La excentrización se ofrece como figura sucesora de trascendencia. «El ser humano» es el animal que no solo coloca un cielo sobre él, sino que también lleva en sí una lejanía desde la que regresa a sí mismo.
  • Bianca Beltránhas quoted2 years ago
    Con esta tesis se proclama poéticamente algo que trescientos años después se interpretará filosóficamente: que ser y ser-visto convergen. El malestar en la cultura no solo proviene de la obligada renuncia al instinto, sino que surge más aún de la carga por la mirada del otro poco amable. El ser humano no puede devenir lo que es o quien es si no se desarrolla ante los ojos de observadores. La existencia implica un test permanente respecto a si uno puede dejarse ver.
  • Bianca Beltránhas quoted2 years ago
    Al ser humano observado en demasía, cuanto más se le hace creer que al observador no se le escapa detalle, por pequeño que este sea, más se le empuja al disimulo. El dios que es completamente ojo me rodea por fuera y me traspasa por dentro de acuerdo con el esquema espacial agustiniano de la doble trascendencia: interior intimo meo, superior summo meo («más interior a lo íntimo de mí mismo y más alto de todo lo que es alto en mí»)32.

    La instauración de la posición excéntrica «del ser humano» en el escenario de la existencia es el resultado, según esto, de una reacción, fijada internamente, a las imposiciones altoculturales de la constante observación que penetra todo.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    Paul Cézanne cuando dijo «Mientras no se haya pintado un gris no se es pintor»
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    Los «materiales» hacen suyo lo arbitraire du signe, bajo cuyo signo la lingüística «estructuralista» inspirada en Ferdinand de Saussure comenzó en el siglo XX su camino por los claustros académicos. La separación de los significantes cromáticos con respecto a la carga simbólica, antes obligada, de los significados, independientemente de si obedece a motivos ascéticos o neobarrocos, se produce mucho más bajo la influencia de condicionamientos psicológicos del color extendidos culturalmente —por no hablar del juego, aquí sin sentido, de los colores de moda— que siguiendo las directrices de antiguos significados cromáticos, ya sean litúrgicos, alegóricos o típicos de la escuela de la antigua Europa
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    tanto que asumió el valor de apariencia de una categoría visual, el blanco se convirtió en una epifanía estabilizada. Cuando Franz von Baader, el teósofo en tiempos de necesidad, declaró que el rayo era padre de la luz
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    sino que en su curso interviene también una vanguardia activa de la humanidad (la razón pretende ser, en un primer momento, una empresa para el «sabotaje del destino»
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    El locus classicus de la transvaloración del valor del color más elevado se encuentra en el capítulo 42 de la novela de Herman Melville, aparecida en 1851, Moby Dick, en la que aparece el motivo del leviatán blanco
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    Esta figura pone de manifiesto nada menos que una doctrina neognóstica de la transvaloración de los valores.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quoted8 months ago
    Sin embargo, asegura el narrador, acecharía «algo vagamente inaprehensible en el sentido más profundo de ese colorido»
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