Pero si todo ya está escrito desde hace siglos, la traición, el destino, la muerte, la venganza, el crimen, ¿por qué entonces la literatura no ha cesado? Pienso que porque la gran tarea no radica en “qué” escribir sino en “cómo” escribir lo mismo. Y ese “cómo” escribir es lo que posibilita que lo mismo se convierta en otro, para volver a empezar. Desde luego, la referencia más visible consiste en examinar la Ilíada y la novela Ulises como dos libros idénticos y, a la vez, completamente distintos, mediante el desplazamiento de la épica.