Vicente Herrera-Gayosso

Cuando una persona se dedica a amar nada más a otra e ignora al resto de sus semejantes (amigos, familia, etc.), esto no puede considerarse amor, sino una relación simbiótica, y algunas veces, hasta parasitaria. Pero sucede que la mayoría de las personas lo suponen y hasta lo dan por sentado: el amor está constituido por el otro (el objeto) y no por el amor en sí (la facultad). Más aún, creen absolutamente que el hecho de no amar más que a su pareja en turno es prueba de la magnitud de su amor, ¡vaya distorsión de la idea

Pareciera que ruptura y pérdida fueran el fin de toda existencia relacional

cada cosa que amas es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente, ya que amar también es inevitable.

la realidad es que padecer el amor y pensar que así es como tiene que ser para poder vivirlo intensamente, no solo es una equivocación, sino un atentado en contra de nuestra dignidad como personas.

, ese es precisamente el problema, que no eres capaz de recordar algo más. Aun así, salen nuevamente y compruebas efectivamente que la fascinación por su físico es única, como ninguna que hayas experimentado, pero todo lo demás no lo tomas en cuenta: su plática es aburrida, su manera de vestir te resulta demasiado sosa o estrafalaria, su voz es demasiado suave o estridente, no posee mucho sentido del humor, y ni hablar de sus ideas y metas en la vida.

respeto, confianza, empatía y comunicación

afinidades físicas, intelectuales y emocionales.

e apego sano con ese se

cuando dejamos de creer que debemos ser uno mismo con el otro

el amor es mucho más que solamente encontrar una pareja con quien compartir el día a día; el amor romántico se trata más bien de una actitud que va a definir el estilo de relación que mantenga la persona con el mundo que la rodea, no simplemente con su pareja u “objeto” amoroso.