Pero vuelvo a las definiciones: el poema es lo que se inventa para saber lo que no se sabe. ¿Y qué hay detrás de un poema? En el mejor de los casos otro poema y siempre un lector perfecto que se somete a una experiencia única: el reconocimiento de algo olvidado que conoció alguna vez. Lo cual es otra hipótesis, un eslabón para otra poética. Retomo entonces mi estribillo predilecto: la poesía es cada poema y cada poema es el principio. No hay conclusión.