Según el Corpus diacrónico del español (CORDE) la palabra desollado aparece ciento ochenta y tres veces en ciento treinta y cuatro documentos históricos y literarios. En la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (1568), de Bernal Díaz del Castillo, se atribuye a Cuauhtémoc –Guatemuz, dice él– haber enviado las “caras que habían desollado, y pies y manos de nuestros soldados que habían sacrificado” a pueblos como Matalcingo –hoy Toluca– y Malinalco para mostrar a sus pobladores cómo habían matado a los españoles y animarlos a terminar con el resto de las tropas conquistadoras.