Seguramente desearía hacerlo. Para demostrarlo, el montador insertaba el plano fijo a cámara rápida de una selva, grabada sin interrupción durante meses. Las plantas se reprimían unas a otras, aplastaban a las más débiles contra el suelo, sepultándolas, estrangulando los tallos a su alcance, mientras luchaban desesperadamente por trepar a lo más alto en busca de la luz.
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