El siglo XIX sobrevive aún en los graneros y sótanos de Barcelona. En las paredes cuelgan letreros: «Organización de la antidisciplina». Entre dos salvas, los anarquistas hablan de la renovación de la humanidad. Uno de ellos me dijo: «¿Sabes por qué nuestra bandera es roja y negra? Roja por la lucha, y negra porque el espíritu humano es oscuro.»