El exilio
Resulta irónico que, después de múltiples experiencias marcadas por el abandono, sea yo el que deba abandonar. Abandoné mi casa, abandoné a compañeros, abandoné mis libros y abandoné lo que yo era en aquel entorno. La represión a la subversión es implacable. O asumes su dictamen, o subyaces al ostracismo diseñado y construido para ti.