Habéis de ser fieles, habéis de ser fuertes, habéis de ser dóciles, necesitáis virtudes humanas, corazón grande, lealtad. Con esto, yo no os pido cosas extraordinarias; os pido sencillamente que toquéis el cielo con la cabeza: tenéis derecho, porque sois hijos de Dios. Pero que vuestros pies, que vuestras plantas estén bien seguras en la tierra, para glorificar al Señor Creador Nuestro, con el mundo y con la tierra y con la labor humana