Marc Marie

Tener que destruirlo separando y recogiendo cada una de nuestras cosas me encogía el corazón

La tentación de lo trágico a la que parece sometido el individuo socializado se ve sustituida por el entusiasmo infantil de habernos encontrado.

mi recuerdo húmedo de la noche

i recuerdo húmedo de la noche

Para esta deformación del recuerdo, hay sin duda una razón probable: las ganas comunes, casi simultáneas, de conservar una huella de las horas precedentes

testimonio tangible de lo que acabábamos de vivir. Sin tocar ni desplazar nada. Como habrían hecho unos policías en la escena de un crimen.

Porque hay demasiada ausencia de mi madre tras de mí.

las casas conservan la memoria de lo que ha pasado en ellas. Por qué no. Según un artículo de Le Monde, unos genetistas aseguraban que la matriz de las mujeres conserva la huella de todos los niños, nacidos o abortados, que se han formado en ella.

Ninguna foto transmite la duración. Nos encierra en el instante.

A menudo he pensado que