Rosa Barocio

objetivo es guiar con interés y con respeto, pero sin libertinaje; con firmeza, pero sin imposición

Una creencia es simple

Una creencia es simplemente un pensamiento que nos hemos repetido muchas veces.

El objetivo es guiar con interés y con respeto, pero sin libertinaje; con firmeza, pero sin imposición.

A lo largo de esta obra, haré mención de cuatro temperamentos: el sanguíneo, el colérico, el melancólico y el flemático, con la finalidad de que se den cuenta de por qué sus hijos reaccionan de diferentes maneras, y sean más comprensivos y tolerantes con ellos

Temperamento sanguíneo: extrovertido, alegre, ligero, inquieto, simpático, impetuoso, espontáneo, curioso, optimista, adaptable, juvenil, distraído, inconstante, vanidoso, irreflexivo, superficial, oportunista, imprudente, quiere caer bien y le importa “el qué dirán”.
Temperamento colérico: extrovertido, enfocado, decidido, valiente, fuerte, claro y directo, perseverante, comprometido, eficiente, visionario, líder, brusco, insensible, enojón, impositivo, dominante, controlador, cree tener siempre la razón, intolerante y arrogante.
Temperamento melancólico: introvertido, reflexivo, profundo, sensible, delicado, tímido, detallista, romántico, soñador, servicial, se ofende con facilidad, quejumbroso, se victimiza, exagera las cosas, pesimista, negativo, rencoroso, preocupón y dependiente.
Temperamento flemático: introvertido, tranquilo, sedentario, rutinario, lento, observador, meticuloso, ordenado, leal, veraz, objetivo, paciente, previsor, precavido, ahorrador, comelón y dormilón, inseguro, pasivo, sin iniciativa, callado, fachoso, flojo y apático.

El hijo sin prisa

El arte de ser buenos padres o educadores es saber detener al que lleva demasiada prisa y empujar al que no quiere soltarnos

Hay que confiar en él para sembrar así la semilla de la confianza en sí mismo, que le permitirá afrontar la vida con mayor seguridad.

La educación necesita ser personalizada