es

Jacqueline Harpman

  • Cristinahas quoted7 months ago
    ¿Habrá en el trabajo de la memoria una satisfacción que se alimenta de sí misma y aquello que recordamos es menos importante que la actividad de recordar?
  • Cristinahas quoted7 months ago
    Por la noche, Théa me explicó que había cantado la oración de los muertos, en latín, una lengua muerta desde hacía tanto tiempo que solo se utilizaba para las ceremonias. No comprendí bien, ni en ese momento ni después, lo que era una ceremonia, pero si estas páginas que dejo tras de mí encuentran un lector, él lo sabrá.
  • Cristinahas quoted7 months ago
    Me parece que estos pensamientos deberían hacerme llorar, pero solo me brotan las lágrimas cuando pienso en Théa, una mujer a la que he conocido. No soy capaz de llorar por lo que ignoro.
  • Cristinahas quoted7 months ago
    ¿Qué importa ya si me he quedado muda en un mundo en donde no tengo nadie con quien hablar?
  • Cristinahas quoted7 months ago
    ¿Qué importa ya si me he quedado muda en un mundo en donde no tengo nadie con quien hablar?
  • Cristinahas quoted7 months ago
    ¿Qué importa ya si me he quedado muda en un mundo en donde no tengo nadie con quien hablar?
  • Cristinahas quoted7 months ago
    —¿Crees que me queda mucho de vida? —me preguntó.

    Su tono era tranquilo y uniforme, era una pregunta ordinaria, escucharía la respuesta y luego se pondría a pensar en otra cosa. Este desinterés por sus propias preocupaciones solo podía anunciar la muerte.
  • Cristinahas quoted7 months ago
    veces me siento bajo el cielo, cuando está despejado, y miro las estrellas diciendo, con mi voz ahora tan ronca: Señor, si estás en algún sitio allí arriba, si no tienes mucho trabajo, ven a decirme una palabra, pues estoy muy sola y será un placer. No ha pasado nada. No tengo más remedio que pensar que esta humanidad, de la que me pregunto si realmente formo parte, tenía demasiada imaginación.
  • Cristinahas quoted7 months ago
    A veces me siento bajo el cielo, cuando está despejado, y miro las estrellas diciendo, con mi voz ahora tan ronca: Señor, si estás en algún sitio allí arriba, si no tienes mucho trabajo, ven a decirme una palabra, pues estoy muy sola y será un placer. No ha pasado nada. No tengo más remedio que pensar que esta humanidad, de la que me pregunto si realmente formo parte, tenía demasiada imaginación.
  • Cristinahas quoted7 months ago
    La noche ya estaba avanzada cuando estuve lista para llevar a Laurette hacia su tumba. Corté algunas flores silvestres y las coloqué alrededor de su rostro, como hacían las mujeres. Estaba pálida y apacible, no parecía más muerta que cuando su corazón seguía latiendo y la vida ya no le interesaba.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)