Tomas Litta

No quiero
escribir un poema
ni adornar las palabras;
sólo dejar asentado
que sí te extraño
que las cosas pasan
pero algunas
se quedaron
conmigo.

De repente
todos los derrumbes
llevan tu nombre.

No quiero
escribir un poema
ni adornar las palabras;
sólo dejar asentado
que sí te extraño
que las cosas pasan
pero algunas
se quedaron
conmigo.
Es que todo
lo que dejaste
de este lado
son ruinas
que todavía
sigo levantando.

A pesar de que la noche
no está de mi lado
el crujido de tus venas
latiendo adentro mío
puede ser
una forma de rescate.

Combatimos la ausencia
cuerpo a cuerpo
en una cama que ya
no nos pertenece.
Después del fuego
sólo queda la tristeza.

En un territorio
en el que pronto
vencerá el olvido
yo elijo
con qué sensación
quiero quedarme.

Aunque afuera el mundo
ya se dio cuenta
nosotros adentro seguimos
construyendo la mentira.

La tormenta definitiva:
el día que olvidé
la forma de tu boca
pronunciando
mis palabras favoritas.

una fiesta que terminará
por apagarse.

El olvido siempre será
el primer instinto
de supervivencia.