Desde el punto de vista de la autocompasión, quizá no tenga mucha importancia lo que puedas responder a esa hipotética pregunta de si crees que eres un ganador o un fracasado. Tales respuestas tienen más que ver con la autoestima que con la autocompasión. Una autoestima frágil construida a base de éxitos, los definas como los definas, puede romperse ante cualquier fracaso aparente.