Lydia Cacho

robachicos, una vieja conocida en el vecindario porque secuestraba niñas

kidnapper («robaniños»), es utilizada hoy en día para referirse al secuestro de personas de cualquier edad.

la «trata de blancas» era un pequeño negocio de piratas que secuestraban mujeres para su venta en prostíbulos de países lejanos.

Estamos presenciando el desarrollo de una cultura de normalización del robo, desaparición, compraventa y corrupción de niñas y adolescentes en todo el planeta, que tiene como finalidad convertirlas en objetos sexuales de alquiler y venta.

El lazo vital que les une es la búsqueda del placer para disfrutar el resultado de su enriquecimiento y empoderamiento.

las mujeres y niñas se las compra, vende y regala, o se las secuestra, alquila, presta, viola, tortura y asesina.

«bumerán del feminismo», que impulsa a muchos hombres a buscar mujeres cada vez más jóvenes y de otros países donde la cultura de la sumisión femenina sigue vigente.

Existe una alta probabilidad de que quien te lleva por las calles de Sri Lanka, Miami o Cuba informe a las redes criminales locales de que una reportera está preguntando por tal o cual servicio, o que quiere ir a ciertos barrios donde viven los proxenetas y las víctimas de la trata.

El poder de los tratantes se sostiene al eliminar toda posibilidad de que las víctimas potenciales tengan opciones de vida dignas y libres.

Allí donde un gobierno es débil, donde la sociedad acepta el crimen, las mujeres y los niños son las primeras víctimas